Abuelo.

Ayer tuve una noche pasada por lágrimas y recuerdos...
Me dio por recordar a mi abuelo, que pronto van a hacer tres años de su muerte.
Recordé todos los momentos que pasamos juntos; cuando de pequeña me ayudaba con los deberes, me enseñaba a usar la peonza, a jugar a las cartas, cuando veíamos películas a altas horas de la noche, cuando en verano nos preparada a mi hermana y a mí una piscina en el patio, cuando nos traía churros por la mañana cuando nos quedamos a dormir allí, y muchos recuerdos más... Mientras recordaba todo eso no paraba de llorar y preguntarme por qué, POR QUÉ tuviste que irte tan pronto... Y me acordé de la canción Qué bonita la vida de Dani Martín, en especial de esta frase: ''Qué bonita la vida que da todo de golpe y luego te lo quita te hace sentir culpable, a veces cuenta contigo, a veces ni te mira..'' Y que queréis que os diga, pero la vida cuando te quita a una de las personas que más quieres en el mundo pasa de ser bonita a ser PUTA, muy puta. Sé que es ley de vida pero los abuelos deberían de ser eternos, solo por ser las personas más nobles del mundo y darlo todo por su familia a cambio de atención y un poco de cariño. Y hay que decir que el cariño se lo ganan a pulso. Y tú abuelo, te ganaste todo el cariño del mundo. Ojalá pudiera decirte o gritarte todo lo que te echo de menos y te necesito, pero supongo que de alguna manera (o me gustaría pensarlo) tu lo sientes, nos sientes y nos cuidas desde allí arriba o desde donde quiera que estés ahora. Te quiero muchísimo abuelo... (y siempre lo haré).

Hoy el día está tan triste como yo.

Hoy llueve. Muy fuerte. Ahí fuera y aquí dentro también.
Digamos que hoy estoy como el tiempo.
Hoy no me veo capaz de afrontar nada, hoy todo me puede.
Hoy lo daría todo por desaparecer y no volver (total, nadie me necesita).
Hoy no estoy para nadie, nadie está para mí.
Y es que los días en los que cualquier cosa te hunde son duros, muy duros (y jodidos), y más si no tienes a nadie que te ayude, que te levante el ánimo, que te saque una pequeña sonrisita entre tanta tristeza.
En fin, mañana será otro día.

Confió tanto en ti que dejaré que me traiciones.

¡A la mierda! —le dije al amor sin saber que éramos inseparables—. Me dijo: ¿quién eres tú sin mí? Le dije: nadie.

Hola.

Hace dos años o así tenía un blog, pero lo dejé abandonado, y bueno, he vuelto.
He vuelto aquí a escribir todo aquello que no me atrevo a decir.
He vuelto aquí a desahogarme, a sacar todo lo que llevo dentro.
He vuelto aquí a escribirme, a escribirte, a escribirnos.