Vengo a hablaros de lo bonito que es fijarse en cosas en las que nadie se fija, en pequeños detalles que pasan desapercibidos.
Prestamos atención a cosas absurdas en vez de a las que realmente merecen la pena pararse a mirar. A mí me encanta estar sentada en la calle o en cualquier sitio y mirar a la gente que pasa a mi alrededor, fijarme en sus sonrisas o en sus caras largas, en sus ojos (que nunca engañan) y que si te fijas bien pueden mostrarte tanto de esa persona... que hasta te asustarías. Me pregunto si alguien se fijará en mí cuando paseo por la calle como yo me fijo en los demás, si tras mi mirada son capaces de ver toda la tristeza que llevo dentro y preguntarse por qué alguien tan joven es tan triste, no sé. Yo me fijo en especial es las personas felices, sonrientes, en las que desprenden alegría por donde pasan, en los niños que andan jugueteando y sonriendo, en los enamorados que pasean de la mano...
Veo felicidad por todas partes menos dentro de mí, y me pregunto: ¿por qué no puedo ser como ellos? ¿por qué diablos son tan felices y yo no? Claro que luego me fijo en alguien que parece guardar tanta tristeza como la mía y se me pasa... Quizá una de esas personas tristes sea mi media naranja y juntos nos lameremos las tristezas hasta que sonreír se parezca al amor, y por fin, seamos como aquellas personas sonrientes y felices.
Prestamos atención a cosas absurdas en vez de a las que realmente merecen la pena pararse a mirar. A mí me encanta estar sentada en la calle o en cualquier sitio y mirar a la gente que pasa a mi alrededor, fijarme en sus sonrisas o en sus caras largas, en sus ojos (que nunca engañan) y que si te fijas bien pueden mostrarte tanto de esa persona... que hasta te asustarías. Me pregunto si alguien se fijará en mí cuando paseo por la calle como yo me fijo en los demás, si tras mi mirada son capaces de ver toda la tristeza que llevo dentro y preguntarse por qué alguien tan joven es tan triste, no sé. Yo me fijo en especial es las personas felices, sonrientes, en las que desprenden alegría por donde pasan, en los niños que andan jugueteando y sonriendo, en los enamorados que pasean de la mano...
Veo felicidad por todas partes menos dentro de mí, y me pregunto: ¿por qué no puedo ser como ellos? ¿por qué diablos son tan felices y yo no? Claro que luego me fijo en alguien que parece guardar tanta tristeza como la mía y se me pasa... Quizá una de esas personas tristes sea mi media naranja y juntos nos lameremos las tristezas hasta que sonreír se parezca al amor, y por fin, seamos como aquellas personas sonrientes y felices.
(Imagen de 'We heart it.')
Mejor dejo de soñar...